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A veces a los malagueños nos pasa que cuando estamos fuera, en otra provincia, y pedimos en una cafetería nuestra «nube», se nos queda mirando el camarero con cara extraña y no entiende qué es lo que queremos.
Y es que los malagueños, utilizamos nombres para pedir el café con una determinada proporción de café y leche, que es única y característica de la provincia de Málaga y que se originó en la mitad del siglo XX en el Café Central de Málaga.
Por aquellos años posteriores a la Guerra Civil, donde productos de importación como el café eran muy difíciles de conseguir y costosos, se encontraba Don José Prado Crespo, dueño del Café Central, sirviendo cafés a clientes de muy variados gustos que señalaban o explicaban como querían su café de manera imprecisa. Así pues, a veces una vez hecho el café los clientes le pedían que quitase o añadiese un poco y a veces le tocaba tirar el sobrante.
Con este problema y tras pensarlo bastante Don José Prado Crespo, creó un cartel que ayudase a los clientes a decidir la cantidad de café deseada, y cómo sólo se le ocurrieron nueve tipos de café para que quedará mejor añadieron como broma el café “No me lo ponga” tras una ocurrencia de uno de los camareros.
Al poco tiempo las nominaciones del cartel se añadieron en la publicidad de Cafés Santa Cristina y así se fue extendiendo por toda la provincia y llegando hasta nuestros días dándonos una seña en la identidad del malagueño.
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